Cada septiembre o a principios de año solemos estrenar una agenda personal con toda la ilusión del mundo. Empezamos fuertes, llenando sus páginas de planes, listas y recordatorios… Pero, con el paso de los meses, muchas veces se queda olvidada en un cajón ¿Te ha pasado? A mí también.
La razón más probable es que no se trata de falta de fuerza de voluntad, sino de encontrar un método que nos motive de verdad. Si no te motiva utilizar tu agenda se quedará guardada en un cajón.
Hoy vamos a ver algunos consejos prácticos para que tu agenda te acompañe durante todo el año y no la abandones a mitad de camino.
1. Elige la agenda que va contigo
No todas las agendas sirven para todas las personas. Antes de comprarla, piensa:
-¿Necesitas mucho espacio para escribir? Entonces una agenda día por página es perfecta.
-¿Prefieres ver tu semana de un vistazo? Opta por una vista semanal.
-¿La quieres llevar siempre contigo? Mejor un tamaño cómodo, como A5 incluso una agenda A6, será ideal para llevarla en el bolso.
Y algo muy importante: elige un diseño que te guste, que te dé ganas de abrirla cada día. Hay diseños muy bonitos que hacen que utilizar tu agenda se convierta en una tarea diaria muy agradable.
2. Crea tu ritual diario
La clave está en hacer de tu agenda un hábito. Dedica unos minutos al día a ella:
-Por la mañana: escribe tus 3 tareas prioritarias del día. Sólo tres, para no agobiarte.
-Por la noche: marca lo que has hecho, anota un recuerdo bonito o algo por lo que estés agradecida.
Este pequeño ritual de 5 minutos transforma la agenda en tu compañera diaria.
3. Haz una revisión semanal
El domingo por la tarde o el lunes en el desayuno dedica unos 10–15 minutos a mirar tu semana:
-Revisa lo que lograste la semana anterior.
-Apunta citas, eventos y compromisos de la nueva semana.
-Elige un objetivo semanal sencillo (leer un capítulo de un libro, ordenar un cajón, salir a caminar más).
-Decora tu agenda un poquito, usa washi tape, stickers o colores. Te dará más ganas de abrirla. Pero no te fijes en la agendas de Pinterest, la tuya es única y no necesitas compararla.
4. No sólo para “obligaciones”
Si llenas la agenda únicamente con tareas pendientes, puede volverse aburrida. Dale vida anotando también:
-Cosas que disfrutas (una peli que quieres ver, una salida con amigas, un paseo).
-Ideas, recetas, libros o frases inspiradoras.
-Recuerdos de la semana o momentos felices.
Así, tu agenda se convierte en una mezcla de organización y diario personal, será más completa.
5. Perdónate si la dejas
Es normal tener semanas en blanco. No pasa nada, la agenda no es para hacerla perfecto, ni es una obligación, sino para ayudarte a organizarte y a guardar recuerdos. Simplemente vuelve a escribir en la siguiente página y sigue adelante.
La constancia no viene de llenar la agenda de golpe, sino de integrarla en tu rutina diaria poco a poco. Con estos pequeños hábitos, tu agenda pasará de ser “esa libreta bonita que olvidé” a un espacio donde organizar tu vida y guardar recuerdos todo el año. Resulta gratificante echar un vistazo a agendas y planners de años anteriores y ver todo lo que escribiste en ellos.
Y vosotras contadme, sois de las que empiezan fuerte con la agenda y luego la dejan o la usáis de principio a fin?
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